Diálogos desde el Evangelio. Presentación


Terminadas las “Entrevistas con San Pablo”, empezamos en nuestra Hoja Parroquial “LA CABRIA” otra pequeña columna, con el título Diálogos desde el Evangelio. Hemos querido, además, incluir las aportaciones a esta columna, en el apartado de Documentos de nuestro blog, en la esperanza de que sirvan a cualquiera que quiera usarlos para la reflexión. Serán breves diálogos acerca del Evangelio de cada domingo entre Jesús y... ¡bueno: será mejor que se presenten ellos mismos!

SOY JESÚS DE NAZARET, y si lo tuviera, éste podría ser mi DNI:

  • Nombre: JESÚS, que significa Salvador.
  • Hijo de María, (fecundada por el Espíritu Santo). José, el esposo de María, era mi padre adoptivo.
  • Lugar de nacimiento: Belén, que significa “la tierra del pan”. También allí nació el Rey David.
  • Fecha de nacimiento: El día 25 de diciembre (según lo celebran los creyentes).
  • Año de nacimiento: 1 de nuestra era.
  • Profesión: sembrador de reconciliación, de justicia y de paz.
  • Residencia durante unos 30 años: Nazaret, un pueblo desconocido y del que dudaban si de allí podría salir algo bueno.

Mi vida pública duró unos tres años. Anuncié por toda Palestina, a judíos y gentiles, el Reino de Dios, que es UN REINO eterno y universal de la verdad y de la vida, de la santidad y la gracia, de la justicia, del amor y de la paz.
Amigo de los pobres, de los enfermos y de los marginados, fui condenado a muerte por las autoridades religiosas de Jerusalén y por el procurador romano, me crucificaron, pero vencí a la muerte con mi muerte: resucité y aquí me tenéis con vosotros, después de más de veinte siglos

YO SOY N. (No he puesto nombre alguno con el fin de que tú, lector, pongas el tuyo. Yo, Pedro, o Juan, o María o Esperanza... De esa forma te puedes sentir protagonista. Puedes ser el interlocutor de Jesús y decirle):
“Quiero conocerte mejor, Jesús, sintonizar contigo, vivir contigo, caminar contigo, sentir contigo, amar como tú amas, perdonar como tú perdonas, darme, como Tú, a los más necesitados. Me gustaría decir como San Pablo: ya no soy quien vive; es Cristo quien vive en mí. Mi vivir es Cristo.”

¿Y de qué vamos a hablar? Pues del evangelio de cada domingo. Eso sí, es preciso leerlo en actitud receptiva: despacio, sereno y oyendo a Jesús que te habla.