Veintiseis de septiembre (26-S), por Melitón Bruque García


Todo el mundo dice que el “11-S” fue un punto de inflexión de la historia. Entonces se marcó un antes y un después porque fue un gran atentado a la humanidad y porque se abrió una brecha ha de violencia terrorista.

Lo que acaba de ocurrir hoy en nuestra España yo lo considero muchísimo peor, sin comparación al “11-S” o al “11-M”: esto producirá muchísimas más muertes que estos dos atentados trágicos. Además, no se harán juicios a sus asesinos y se establece una ley que sostiene que es bueno abrir la puerta para que lo haga todo el que quiera, es decir, se establece la inmunidad y se da carta blanca para matar: aborto libre hasta las 14 semanas sin necesidad de que las menores de edad tengan ni que avisar a sus padres, y desde mañana podrán obtener por 20 € la “bomba” que destruye el primer germen de vida que haya.

Para que esto se haga sin el menor escándalo ni remordimiento, ya se han preocupado de crear la idea de que la vida que existe en el vientre de una mujer no es un ser humano, sino “material biológico”, “fibras” que puedes expulsar como cualquier otra cosa que molesta.

Además se ha hecho toda una campaña de concientización de que es un derecho de la mujer a decidir de su cuerpo y, como esto es material que le estorba, ¿quién es nadie para decir qué es lo que cada una tiene que hacer con su cuerpo? Y, como es mentalidad “generalizada”, ¿por qué ser hipócritas y estar escondiendo algo que “todo el mundo” hace y lo viene haciendo desde siempre?

La pregunta que me surge inmediatamente es esta: por esa misma regla, puesto que está tan generalizado el robo, el engaño, la mentira, el adulterio y hasta el crimen, y como eso se ha hecho desde siempre… ¿por qué no legalizarlo también y ya podemos hacer lo que queramos sin hipocresías y sin miedo de ningún tipo?

Lo siento, pero no me entra de ninguna manera en mi cabeza; no conozco en la historia un atentado tan fuerte contra la vida humana, contra la mujer a la que se la está manipulando hasta extremos increíbles, pues se pone la vida del ser humano muy por debajo de cualquiera de las especies protegidas de la naturaleza.

Al ver la TV he sentido miedo y una tristeza enorme al contemplar a toda esa gente que con pancartas gritaba por las calles “Aborto libre en cualquier etapa de la gestación” ¿qué nos está pasando?

Estoy pensando en todos los médicos y farmacéuticos que sientan que ellos se hicieron médicos para defender y proteger la vida y ahora se les obliga a hacer estas cosas o a vender “bombas” contra la vida, sin tener la posibilidad de oponerse o decirle a alguien el riesgo que lleva consigo lo que está haciendo… ¡No me querrá nadie decir que esto es LIBERTAD, que esto es RESPETO, que esto es TOLERANCIA, que esto tiene futuro!

Y esto es el aderezo que se le pone a otro apretón de unos cuantos puntos al cinturón con el que nos quieren convencer que se busca el bien común, que nos vamos a sentir mejor, que esto significa solidaridad, el que tengamos que pagar el robo que nos han hecho los poderosos y sus lacayos y ahora tenemos que pagarles, encima, todo lo que nos han quitado, juntando el atraco al bolsillo con la lesión a la conciencia.

Para mi el “26-S” quedará como uno de los días tristes de la historia por el que algún día han de doblar las campanas a duelo, y no puedo dejar de escuchar las palabras de Jesús como un eco que hiere mi conciencia de humano: “Ay de los que escandalizan (o se callan otorgando), más les valdría que les cuelguen al cuello una piedra de molino y los arrojen al mar”.