Ripios navideños, por José Ignacio Malpica Pérez

Olé por este artista local. Lástima que no podamos oirlo aquí, en el blog, recitarlos en persona.



RIPIOS NAVIDAD 2009

Este año mi intención
está bastante clara:
no la de daros la vara,
pero, contado con pasión,
la cosa que vemos rara.

Este año va del circo
el tema que aquí os narro.
A mí me come el tarro
ver cómo arma el cisco
el gobierno “pies de barro”.

Y sigue la guerra fría:
¡A quitar los crucifijos!
¿Quién no sabe el acertijo?
Quién murió por amor un día,
no vea abortar a sus hijos.

De la Vega alocada:
¡Los cristianos que se callen!
Palabras de poco talle.
“Callar” no está creada,
para la gente de la calle.

Y Pepe Blanco tan contento.
Él te anima ”to el cotarro”.
¡Para él, el paro, un catarro!
Lo importante es darle viento
a los robos valencianos.

Que los metan en el trullo,
que no estiren más el royo,
en España falta el bollo.
Él no escucha el murmullo
de las empresas con escollos.

Y se trama en los pasillos,
manden izquierdas o derechas.
Si la banca tienen brechas,
les llenamos los bolsillos.
¡Hacer, amigo, para otras fechas!

Con afán mete la pata
la ministra de cultura:
si música bajas, te censura,
y las “pelis”, ni las catas.
Sin libertad, ¡qué locura!

De la Vega la corrige.
Le preocupan las protestas,
y ahora digo donde dije
¡sin censura en estas fiestas!

¡Tanta libertad proclamo,
tanta libertad adoro!
Libertad es un reclamo
para el voto sin decoro.
¡El poder es mi amo,
tu libertad yo devoro!
¡Y así del coro al caño vamos
y luego, del caño al coro!

Y en lugar de servir al pueblo
pongo al pueblo a mi servicio,
y quito a Dios, y no tiemblo
en ponerme yo en su sitio:
éste es mi pueblo laico”.
Digo laico, “a mi laíco”.


En Belén no hay quien se aburra
con redadas y muchos cates,
y no dejan que se escurran,
y persigue a la burra
cargada de chocolate.

El gobierno mete el lío.
¡A quitar el botellón!,
ellos dicen, y yo me río:
han liado un mogollón.
¡Hasta los peces, pero mira,
cómo beben en el río!

Los mandones, ya se sabe,
hay cosas que les calman.
Buscan siempre un medallón
que en el pecho no les cabe
para tapar su negra alma.

Navidad es otra cosa.
Y como cosa del infierno,
esta fiesta tan hermosa
la nombran la del Invierno.
Ese nombre les estorba:
la palabra “Nacimiento”.

¡Hasta cuándo la locura!
Los abusos de poderes,
machacar nuestra cultura,
esa que con dulzura
aprendimos en los ayeres.

Podrán quitar su cruz,
podrán esconder su nombre,
podrán llevar al hombre
a ser como avestruz:
el amor nunca se esconde
de la mano de Jesús.

Navidades diferentes,
con blancura de tu alma.
En Jesús busca tu calma
e ignora a esa gente,
que si amas, se desalma.

Felices Navidades
a toda la gente buena,
a esa gente que está llena
de amor y de bondades.
¡Muchas felicidades!

de
José Ignacio Malpica Pérez