Monición de entrada. DOMINGO 2º DE NAVIDAD, CICLO A, Jn. 1, 1-18. LA PALABRA SE HIZO CARNE Y HABITÓ ENTRE NOSOTROS

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó ente nosotros, y hemos contemplado su gloria: Gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él, y grita diciendo: “Éste es de quien dije. “El que viene detrás de mí, pasa delante de mí, porque existe antes que yo””. Pues de su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien la ha dado a conocer.

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 2º de Navidad, ciclo A

Lectura del santo evangelio según S. Juan 1, 1‑18
En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo Único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: "Éste es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo." Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.
Palabra de Dios

Dialogos desde el Evangelio. 1er. domingo de Navidad Ciclo A

 

Monición de entrada. Domingo 1º de Navidad. Ciclo A. FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA. HUIDA A EGIPTO Y REGRESO A NAZARET

Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: “Llamé a mi hijo para que saliera de Egipto”. Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto, y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya que ha muerto los que atentaban contra la vida del niño”. Se levantó, tomó al niño y a su madre y volvió a Israel. Pero al enterarse de que Arquéalo reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes tuvo miedo de ir allá. Y avisado en sueños se retiró a Galilea, y se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría nazareno. (Mt. 2, 13-15.19-23)

Monición de entrada. DÍA DE NAVIDAD, CICLO A, NATIVIDAD DE JESUS. PROLOGO AL EVANGELIO DE SAN JUAN

"En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó ente nosotros, y hemos contemplado su gloria: Gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él, y grita diciendo: “Éste es de quien dije. “El que viene detrás de mí, pasa delante de mí, porque existe antes que yo””. Pues de su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien la ha dado a conocer." (Jn. 1, 1-18)

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 4º de Adviento, ciclo A

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 4º de Adviento

Monición de entrada. Domingo 4º de Adviento, Ciclo A. "CONCEPCIÓN VIRGINAL DE JESÚS. EL SUEÑO DE JOSÉ"


El nacimiento de Jesucristo fue de la siguiente manera: La madre de Jesús estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era bueno y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esa resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: “José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de los pecados”. Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: “Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa: “Dios-con-nosotros”. Cuando José se despertó hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer. (Mt. 1, 18-24)

Monición de entrada. Domingo 3º de Adviento, ciclo A. "EMBAJADA DEL BAUTISTA A JESÚS. JESUS ELOGIA AL BAUTISTA"

Juan, que había oído en la cárcel las obras de Cristo, le mando a preguntar por medio de dos de sus discípulos: “¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?” Jesús les respondió: “Id a anunciar a Juan a lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia. ¡Y dichoso el que no se sienta defraudado por mí!”. Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan: “¿Que salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo, habitan en palacios. Entonces ¿A qué salisteis, a ver un profeta? Si, os digo, y más que profeta: Él es de quien está escrito: “Yo envío mi mensajero delante de ti para que prepare el camino ante ti”. Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista, aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande de él” (Mt. 11, 2-11)

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 3º de Adviento

"Estado de Buena Esperanza", por Mª Carmen Illana

¡Preparad el camino al Señor! ¡Maranatha!

Vamos a parar nuestras prisas. ¿Adónde vais? ¡Esperad!

¿No sabéis quién viene para quedarse con nosotros?

Monición de entrada. Domingo 2º de Adviento, Ciclo A. "LA PREDICACIÓN DE JUAN EL BAUTISTA"

Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea predicando: “Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos. Éste es el que anunció el profeta Isaías diciendo: Una voz grita en el desierto: preparad el camino de Señor, allanad sus senderos”. Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo: “Raza de víboras, ¿Quién os ha enseñado a escapar de la ira inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones pensando: “Abrahán es nuestro padre”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da fruto será talado y echado al fuego. Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga” (Mt. 3, 1-12)

Diálogos desde el Evangelio, domingo 2º de Adviento, ciclo A

Lectura del Santo Evangelio según S. Mateo 3, 1-12.
Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea predicando: “Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos. Este es el que anunció el profeta Isaías diciendo: Una voz grita en el desierto: preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.”
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les di-jo: “Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a escapar de la ira inminente? Dad el fruto que pide la conversión y no os hagáis ilusiones pensando: “Abrahán es nuestro padre” pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras.
Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego.
Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mi puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias.
Él os bautizará con el Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga.
Palabra del Señor

Curso bíblico. Cuadernos nº 6 y 7

Podeís consultar el nº 6 en este enlace, y el nº 7 en este otro.

Monición de entrada. Domingo 1º de Adviento, ciclo A. "INVITACION A LA VIGILANCIA, PARA LA VENIDA DE CRISTO"


Dijo Jesús a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del Hombre pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del Hombre: dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre”. (Mt. 24, 37-44)

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 1º de Adviento

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 34º del T.O.

Lectura del santo evangelio según S. Lucas. 23,35-43
En aquel tiempo, las autoridades y el pueblo hacían muecas a Jesús diciendo: A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de dios, el Elegido.
Se burlaban de Él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.
Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS”. Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: ¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros. Pero el otro le increpaba: ¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio éste no ha faltado en nada.
Y decía: Jesús, acuérdate de mi cuando llegues a tu reino. Jesús le respondió: Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.
Palabra del Señor

Monición de entrada. Domingo 34º del T.O., ciclo C. "JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO"

Las autoridades y el pueblo hacían muecas a Jesús diciendo: “A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido”. Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: “Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo”. Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: Éste es el Rey de los Judíos. Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: “¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros”. Pero el otro lo increpaba: “¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada”. Y decía: “Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino”. Jesús le respondió: “Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc. 23, 35-43)

Ser cristiano no está de moda, por Edgar Sánchez Agulló

Interesante reflexión en MediterraneoDigit@l.com. Lo podéis consultar en este enlace.

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 33º del T.O.

Monición de entrada. Domingo 33º del T.O., ciclo C. "LAS SEÑALES DEL CIELO Y LOS FALSOS PROFETAS"

Algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: “Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido”. Ellos le preguntaron: “Maestro, ¿Cuándo va a ser esto?, ¿Y cuál será la señal de que todo eso está por suceder?” Él contestó: “Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usando mi nombre diciendo: “Yo soy” o bien “el momento está cerca”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no vendrá en seguida” Luego les dijo: “Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo. Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a los tribunales y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre: así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced propósito de no preparar vuestra defensa: porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá: con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas. (Lc. 21, 05-18)

Consecuencias ocultas, por Luis Enrique Gámez Expósito

Luis Enrique es un joven médico que ejerce en nuestra comunidad y ha querido compartir con nosotros una experiencia impactante que ha vivido en el ejercicio de su profesión.
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"Tenía ganas de escribirlo alguna vez, pues contarlo a mi gente ya se lo había contado.

Parte de mi experiencia personal cuando estaba realizando la residencia como MIR se desarrolló en el Hospital Santa María del Rosell de Cartagena como médico de guardia en las urgencias de dicho hospital.

Monición de entrada. Domingo 32º del T.O., ciclo C. "LA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS"

Se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: “Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere el hermano, dejando mujer pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano”. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿De cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella”. Jesús les contestó: “En esta vida hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos, no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son Hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para Él todos están vivos”. (Lc. 20, 27-38)

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 32º del T.O.

Genómica y eugenesia, por Antonio José Sáez Castillo

En artículo publicado en El Pais (26/10/2010), la psiquiatra infantil Judith Rapoport anunciaba hallazgos recientes en el campo de la genómica que podrían ayudar a un diagnóstico precoz de enfermedades mentales como el autismo. 

Monición de entrada. Solemnidad de todos los santos. Ciclo C

Al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: “Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichoso los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. (Mt. 5, 1-12a)

Monición de entrada. Domingo 31º del t.o. Ciclo C, "Zaqueo, o la curación de la avaricia"

Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: “Zaqueo, baja enseguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa”. Él bajo en seguida, y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: “Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador”. Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor: “Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres: y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más”. Jesús le contestó: “Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abraham. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido”. (Lc. 19, 1-10)

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 31º del T.O., ciclo C

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 30º del T.O.

Monición de entrada. Domingo 30º del t.o., Ciclo C. "El fariseo y el Publicano"

Dijo Jesús esta parábola por algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos, y despreciaban a los demás: Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era un fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: “¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano: Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”. El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: “¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador”. Os digo que este bajó a su casa justificado y aquel no. Porque todo el que se enaltece, será humillado y el que se humilla será enaltecido”. (Lc. 18, 9-14)

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 29º del T.O.

Monición de entrada. Domingo 29º del T.O., ciclo C. "PARÁBOLA DEL JUEZ INJUSTO"

Jesús, para explicar a los discípulos como tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: “Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario”; por algún tiempo se negó, pero después se dijo: “Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esa viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara””. Y el Señor respondió: “Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios ¿No hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?, ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿se encontrará esta fe en la tierra?” (Lc. 18, 1-8)

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 28º del t.o., ciclo C

Monición de entrada. Domingo 28º del T.O., ciclo C. "Los diez leprosos"

Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: “Jesús, maestro, ten compasión de nosotros”. Al verlos, les dijo: “Id a presentaros a los sacerdotes”. Y mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos, y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo: “¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve ¿Dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gracias a Dios?” Y le dijo: “Levántate, vete: tu fe te ha salvado”. (Lc. 17, 11-19)

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 27º T.O. Ciclo C

 

Monición de entrada. Domingo 27º del t.o. Ciclo C


EL PODER DE LA FE. HUMILDAD EN EL SERVICIO
DOMINGO 27º DEL T.O. CICLO “C” Lc. 17, 5-10

Los apóstoles dijeron al Señor: “Auméntanos la fe”. El Señor contestó: “Si tuvieras fe como un granito de mostaza, dirías a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y os obedecería. Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿Quién de vosotros le dice: “En seguida, ven y ponte a la mesa?”. ¿No le diréis: “Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo; y después comerás y beberás tú?”. ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: “Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer””.

Celebración de apertura de curso en la Universidad de Jaén

El pasado jueves, 23 de septiembre, tuve el privilegio de compartir la Eucaristía presidida por nuestro Obispo Don Ramón en el Salón de Grados del Campus de las Lagunillas de nuestra universidad. Fue una celebración emocionante por muchos motivos: en primer lugar, porque no creo que haya mejor forma de comenzar un curso para alumnos y profesores que compartiendo una Eucaristía; en segundo lugar, porque hacerlo en un marco como el de este Salón de Grados personalmente me llena de felicidad; finalmente, porque los allí presentes tuvimos la oportunidad de escuchar una homilía de Don Ramón intensa, profunda, oportuna al 100% en un día como éste.
Le pedí a una buena amiga si me podía conseguir al menos el esbozo de esta homilía y finalmente puedo compartirla con vosotros, junto con las lecturas de la celebración de la Palabra.

Atentamente, Antonio J. Sáez Castillo

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 26º T.O. Ciclo C

Monición de entrada. Domingo 26º del T.O., ciclo C


PARÁBOLA DEL RICO EPULÓN Y EL POBRE LÁZARO. Lc. 16, 19-31

Dijo Jesús a los fariseos: “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico, pero nadie se lo daba. Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas. Sucedió que se murió el mendigo y los ángeles lo llevaron al seno de Abraham. Se murió también el rico y lo enterraron. Y estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abraham y a Lázaro en su seno, y gritó: “Padre Abraham, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas”. Pero Abraham le contestó: “Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida y Lázaro a su vez males”: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces. Y además entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros”. El rico insistió: “Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento”. Abraham le dice: “Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen”. El rico contestó: “No, padre Abraham. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán”. Abraham le dijo: “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no han caso ni aunque resucite un muerto”.

La vida de Jesús según Fano

Ya sabéis que no somos en el blog muy de PowerPoints, pero hemos recibido esta "cristología" ilustrada de Fano y nos parece maravillosa. Por eso la compartimos con todos vosotros.

Discurso del Papa en ell Westminster Hall (City of Westminster).

El diálogo fe-razón es el tema fundamental del discurso del Papa en el encuentro con exponentes de la sociedad civil, del mundo académico, cultural y empresarial, con el Cuerpo Diplomático y con líderes religiosos en el Westminster Hall. Creemos que la profundidad e importancia de su mensaje, para  la sociedad civil  actual,  debe ser difundido para conocimiento de todos los creyentes y no creyentes.




"¿Quién me ha tocado?", por Jaime Salido

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 25º T.O.


Monición de entrada. Domingo 25º t.o., Ciclo C

EL ADMINISTRADOR INFIEL. 
 LA HONRADEZ: FORMA DE VIDA
Lc. 16, 1-13  

Dijo Jesús a sus discípulos: “Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes.  Entonces lo llamó y le dijo: ¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido.  El administrador se puso a echar sus cálculos: ¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa. Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo, y dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi amo? Éste respondió: Cien barriles de aceite. Él le dijo: Aquí está tu recibo: aprisa, siéntate y escribe cincuenta.  Luego dijo a otro: Y tú ¿Cuánto debes? Él contestó: Cien fanegas de trigo. Le dijo: Aquí está tu recibo: Escribe ochenta.  Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz”. Y yo os digo: “Ganaos amigos con el dinero injusto, para que cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo, tampoco en lo importante es honrado. Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿Quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿Lo vuestro quién os lo dará? Ningún siervo puede servir a dos amos: porque o bien aborrecerá a uno y amará a otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso al segundo. No podeéis servir a Dios y al dinero”

Más sobre la maternidad y la mujer

Al hilo de la reflexión que planteaba Antonio sobre el papel actual de la mujer en relación con la maternidad, hemos encontrado este corto que nos parece interesante.
En él se analiza la reacción de Julia al descubrir que va a tener un bebé con su marido, Mario. Él está ilusionado. En cambio, ella se debate entre llegar a la cúspide de su carrera profesional como modelo o seguir adelante con el embarazo.

Lactancia y Neomachismo, por Antonio José Sáez Castillo


Diálogos desde el Evangelio, domingo 24º del T.O.

Monición de entrada. Domingo 24 º t.o., Ciclo C.

LA OVEJA PERDIDA, LA DRAGMA PERDIDA Y EL HIJO PRÓDIGO
 (Lc. 15, 1-32)

Se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: “Ése acoge a los pecadores y come con ellos”. Jesús les dijo esta parábola: “Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿No deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, se la carga sobre sus hombros, muy contento; y al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: “¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido. Os digo que también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿No enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, reúne a las vecinas para decirles: “¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido”. Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta”.
También les dijo “Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país, que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de saciarse de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer. Recapacitando entonces, se dijo: “Cuantos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino a donde está mi padre, y le diré: padre he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros.” Se puso en camino a donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre le vio y se conmovió; y, echando a correr se le echo al cuello y se puso a besarlo. Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo.” Pero el padre dijo a sus criados: “Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo, ponedle el anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el becerro cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado; y empezaron el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver, se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y, llamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: “Ha vuelto tu hermano, y tu padre ha matado el becerro cebado, porque lo ha recobrado con salud”. Él se indignó y se negaba a entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Y él replicó a su padre: “Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecerte nunca orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado.” El padre le dijo: “Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido, estaba perdido y lo hemos encontrado”.

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 23º del T.O.

Monición de entrada. Domingo 23 º t.o., Ciclo C.

LA ABNEGACIÓN CRISTIANA. 
RENUNCIAR A TODO POR JESÚS
Lc. 14, 25-34   
“Mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: “Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.  Quien no lleve su cruz detrás de mí, no puede ser discípulo mío.  Así, ¿Quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?  No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran diciendo: “Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar”. ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro esté todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.  Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío”


Monición de entrada. Domingo 22 º t.o., Ciclo C.

JESÚS Y LOS FARISEOS:
LA HUMILDAD Y EL AMOR


“Entró Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando, Notando que los invitados escogían los primeros puestos, les propuso este ejemplo: “Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan invitado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro, y te dirá: “Cédele el puesto a éste”. Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó te diga: “Amigo sube más arriba”. Entonces quedarás muy bien entre todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”. Y dijo al que lo había invitado: “Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos ni  a tus hermanos, ni a tus parientes ni a tus vecinos ricos; porque corresponderán invitándote y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos”.

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 22º del T.O., ciclo C

Cardenal Cañizares: Jesús y los niños

Jesús y los niños


Hace cien años, Pío X anticipaba la edad para la primera comunión

CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 21 de agosto de 2010  - En el centenario del decreto "Quam singulari Christus amore" (8 de agosto de 1910) de san Pío X --el Papa beatificado en 1951 y canonizado en 1954--, publicamos la reflexión del prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el cardenal Antonio Cañizares, presentada en "L'Osservatore Romano". Benedicto XVI afrontó este argumento en la audiencia del miércoles pasado (Cf. "San Pío X, modelo de pastor").
* * *


Decreto de san Pío X sobre la edad para la primera comunión (8 de agosto de 1910)

El Cardenal Cañizares ha publicado un artículo en el que expone la necesidad de adelantar la edad de la Primera Comunión. Benedicto XVI en la audiencia del pasado miércoles habló también sobre ello. Pensamos que es importante que estemos informados, aquí os dejamos el texto del decreto "Quam Singulari" de S. Pio X. Es muy interesante su lectura.


Monición de entrada. Domingo 21 º t.o., Ciclo C.


EL MISTERIO DE LA SALVACIÓN

"Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando. Uno le preguntó: “Señor, ¿Serán pocos los que se salven?”. Jesús les dijo: “Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera, y llamaréis a la puerta diciendo: “señor, ábrenos” y él os replicará: “No sé quiénes sois”. Entonces comenzaréis a decir: “”Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas”. Pero el os replicará: “No sé quiénes sois, alejaos de mi malvados”. Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.  Mirad: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos”.

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 21º del T.O., ciclo C

Monición de entrada. Domingo 20 º t.o., Ciclo C. SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA



SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA  
Lc. 1, 39-56


"María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludo a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo y dijo a voz en grito: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”. María dijo: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia –como lo había prometido a nuestros padres- a favor de Abraham y su descendencia por siempre”. María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa."

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 20º del T.O., ciclo C

El tesoro de ser familia por J. Ignacio Malpica

Volvió cansada,
Después de su jornada de trabajo,
Le esperaba la comida, la colada,
El arreglo de la casa;
Casi agotada con los niños alborotados,
Sintió la mirada de su hombre….
¿Qué extraño……?
Lo vio enfrascado con la escoba y las camas,
¡Y con los niños en el baño!
Ella reía agotada,
¡Mi Dios me ha escuchado!
Y él, abrazándola le decía:
¡Qué loco estaba!
Dejándote machacada a los pies de la vida:
¡Quiero tener tu garra,
Tu coraje y valentía!
¡Quiero ser tan madre como tú,
Quiero compartir cada hora del día!
Y unirme a tu descanso,
Y cansarme en tu medida,
Y envejecer juntos
Hasta el día de la partida.
Y es que hoy no vende,
Conservar el tesoro de ser familia.

Sobre la Prohibición de las Corridas de toros en Cataluña, por Rosa Díaz

 Solo ciento ochenta mil firmas han sido necesarias para modificar el art. 6 de la Ley de protección a los animales de Cataluña; sin embargo, un millón de firmas y cientos de miles de ciudadanos manifestándose, en todas las capitales españolas y en numerosas ciudades y pueblos, contra la nueva Ley del Aborto libre, no han sido suficientes para que en el Parlamento español se replantearan dicha ley.
El problema está en el sufrimiento al que se somete al toro antes de morir...

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 19º del T.O., ciclo C

Monición de entrada. Domingo 19 º t.o., Ciclo C


"Dijo Jesús a sus discípulos, “No temas, pequeño rebaño; porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino. Vended vuestros bienes, y dad limosna; haceos talegas que no se echen a perder, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas: Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle, apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al allegar, encuentre en vela: os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a su mesa y los irá sirviendo. Y si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque la hora que menos penséis, viene ele Hijo del Hombre”. Pedro le preguntó: “Señor, ¿Has dicho esa parábola por nosotros o por todos?”. El Señor le respondió: “¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo a puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo al llegar lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: “Mi amo tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse; llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera, y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra, recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá”.

Monición de entrada. Domingo 18 º t.o., Ciclo C


"Dijo uno del público a Jesús: “Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia”. Él le contestó: “Hombre, ¿Quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?”. Y dijo a la gente: “Mirad, guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, la vida no depende de sus bienes”. Y les propuso una parábola: “Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: “¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”. Y se dijo: “Haré lo siguiente: derribaré los graneros, y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha”. Y entonces me diré a mí mismo: “Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años: Túmbate, come, bebe y date buena vida”. Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado ¿De quién será?”. Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios”.



Diálogos desde el Evangelio. Domingo 18º del T.O., ciclo C


Monición de entrada. Domingo 17 º t.o., Ciclo C


"Se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: “¿Qué deseas?”. Ella contestó: “Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y otro a tu izquierda”. Pero Jesús replicó: “No sabéis lo que pedís, ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?”, Contestaron: “Lo somos”. Él les dijo; “Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre”. Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: “Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que crea ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos”.

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 17º del T.O., ciclo C

Monición de entrada. Domingo 16 º t.o., Ciclo C

Entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies de Señor, escuchaba su Palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: “Señor, ¿No te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano” Pero el Señor le contestó: Marta, Marta: andas inquieta y nerviosa con tantas cosas: sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán”.

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 16º del T.O., ciclo C

Monición de entrada. Domingo 15 º t.o., Ciclo C

Se presentó un letrado y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?” Él le dijo: “¿Qué está escrito en la Ley?, ¿qué lees en ella?”. El letrado contestó: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo”. Él le dijo: “Bien dicho. Haz eso y tendrás la vida”. Pero el letrado, queriendo aparecer como justo, le preguntó a Jesús: “¿Y quién es mi prójimo?”, Jesús le dijo: “Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje, llegó donde estaba él y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo: “Cuida de él y lo que gastes de más yo te lo pagaré a la vuelta”. ¿Cuál de estos tres te parece que se porto como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?”. El letrado contestó: “El que practicó la misericordia con él”. Díjole Jesús:“Anda, haz tú lo mismo”



Diálogos desde el Evangelio. Domingo 15º del T.O., ciclo C

Monición de entrada. Domingo 14 º t.o., Ciclo C

"Designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: “La mies es abundante y los obreros pocos: Rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como a corderos en medio de lobos. No llevéis talega, no alforja ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa decid primero: “Paz a esa casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: “Está cerca de vosotros el Reino de Dios”. Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: “Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el Reino de Dios”. Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo””. Los setenta y dos volvieron muy contentos y le dijeron: “señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre”. Él les contestó: “Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: Os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño ninguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están grabados en el cielo”

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 14º del t. o., ciclo C

Monición de entrada. Domingo 13º del t.o., Ciclo C

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante. De camino entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: “Señor, ¿Quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?”. El se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea. Mientras iban de camino, le dijo uno: “Te seguiré a donde vayas”, Jesús le respondió: “Las zorras tienen madriguera y los pájaros, nido, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza”. A otro le dijo: “Sígueme”. Él respondió: “Déjame primero enterrar a mi padre”. Le contestó: “Deja que los muertos entierren a sus muertos, tú vete a anunciar el Reino de Dios”. Otro le dijo: “Te seguiré, Señor, pero déjame primero despedirme de mi familia”. Jesús le contestó: “El que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el Reino de Dios

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 13º del t.o., Ciclo C

Monición de entrada. Domingo 12º del T.O.

Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: “¿Quién dice la gente que soy yo?”. Ellos contestaron: “Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas”. Él les preguntó: “Y vosotros, ¿Quién decís que soy yo?”. Pedro tomó la palabra y dijo: “El Mesías de Dios”. Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: “El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día”. Y dirigiéndose a todos, dijo: “El que quiera seguirme, que se niegue a si mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará”.

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 12º del T.O.

La Interpretación, por Juan Jesús Campos Momblant

Hay perlas que deben salir a la luz para ser admiradas. Así ocurre con nuestro grupo de teatro La Cabria. Y así creemos que ocurre con el poema que Juan Jesús Campos Momblant les dedicó después de la representación que hicieron en la SAFA, en la reunión que tuvieron de evaluación, en la que fueron manifestando todo lo positivo que habían encontrado en el tiempo que llevaban juntándose. Hemos conseguido que nos lo preste para compartirlo con todos vosotros. Creemos que esta movida alrededor del grupo de teatro ha sido una de las cosas lindas que han ido naciendo despacito en este tiempo en nuestra comunidad.

Testimonio de un sacerdote

Si algo de bueno está teniendo todo lo que, a raíz de la salida a la luz pública de los casos de pederastia, y el tratamiento que de todo ello se está haciendo en algunso medios, es que también nos hemos puesto las pilas en el sentido de poner en valor la tarea de la inmensa mayoría de los sacerdotes de nuestra Iglesia. Por ello os dejamos este testimonio del Padre uruguayo Martín Lasarte: sus palabras hacen que se nos pongan los pelos de punta.

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 11º del t.o. C

Monición de entrada. Domingo 11º del t.o. Lc. 7,36-8,3 Ciclo C

Un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él. Jesús, enterado en casa del fariseo se recostó a la mesa. Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume, y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con su perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado, se dijo: “Si éste fuera profeta, sabría quien, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora”. Jesús tomo la palabra y le dijo: “Simón, tengo algo que decirte”. Él respondió: “Dímelo maestro”. Jesús le dijo: “Un prestamista tenía dos deudores: una debía 500 denarios, y el otro 50. Como no tenía con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más”. Simón contestó: “Supongo que aquel a quien le perdonó más?”. Jesús le dijo: “Has juzgado rectamente”. Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: “¿Ves a esa mujer? Cuando yo entré a tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo, sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor: pero al que poco se le perdona, poco ama”. Y a ella le dijo: “Tus pecados están perdonados”. Los demás convidados empezaron a decir entre sí: “¿Quién es éste, que hasta perdona pecados?”. Pero Jesús dijo a la mujer: “Tu fe te ha salvado, vete en paz?”. Después de esto iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.

Curso bíblico. Cuaderno V







CURSO BÍBLICO
Cuaderno nº 5

Temas para el estudio y reflexión comunitaria de la Sagrada Escritura en asambleas familiares

Versión para imprimir aquí.

Monición de entrada. Domingo de Corpus Christi, CICLO C, Lc. 9, 11b-17

Jesús se puso a hablar al gentío del reino de Dios, y curo a los que lo necesitaban. Caía la tarde y los Doce se le acercaron para decirle: “Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida; porque aquí estamos en descampado”. El les contestó: “Dadles vosotros de comer!. Ellos replicaron: “No tenemos más que cinco panes y dos peces, a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío” (Porque eran unos cinco mil hombres). Jesús dijo a sus discípulos: “Decidles que se echen en grupos de cincuenta”. Lo hicieron así y todos se echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron las sobras, doce cestos.

Diálogos desde el Evangelio. Domingo de Corpus Christi, Ciclo C

Monición de entrada. Domingo de la Santísima Trinidad, CICLO C, Jn. 16, 12-15

Dijo Jesús a sus discípulos: “Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora: cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará”.

Diálogos desde el Evangelio. Domingo de Pentecostés, Ciclo C

Monición de entrada. Domingo de Pentecostés, CICLO C, Jn. 20, 19-23

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo “Paz a vosotros”. Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”. Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les queda retenidos”.

Monición de entrada. Domingo 7º de Pascua, CICLO C, Lc. 24, 46-53

Dijo Jesús a sus discípulos: “Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Y vosotros sois testigos de ésto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto”. Después los sacó hacia Betania, y levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía, se separó de ellos (subiendo hacia el cielo). Ellos se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.

¿Qué es ser excluyente?, por José Ignacio Malpica

El Padre Antonio y su Monaguillo Andres

Preciosa y tremendamente emotiva canción de Rubén Blades sobre el martirio de un sacerdote y su monaguillo, con un recuerdo a otros mártires como Monseñor Romero. Os confieso que ha logrado emocionarme.
Pincha aquí para saber más sobre la historia de esta canción.

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 6º de Pascua, Ciclo C


Monición de entrada especial para las Primeras Comuniones

Monición de entrada. Domingo 6º de Pascua, CICLO C, Jn. 14, 23-29


Dijo Jesús a sus discípulos: “El que me ama guardará mi palabra y mi padre lo amará, y vendremos a Él y haremos morada en Él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado ahora que estoy a vuestro lado; pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy: No os la doy como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo”.

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 5º de Pascua, Ciclo C

Monición de entrada. Domingo 5º de Pascua, CICLO C, Jn. 13, 31-33a.34-35


Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del hombre y Dios es glorificado con él. (Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará). Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado. La señal por la que os conocerán que sois mis discípulos míos, será que os amáis unos a otros”

Monición de entrada. Domingo 4º de Pascua, CICLO C, Jn. 10, 27-30

Dijo Jesús: “Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno”

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 4º de Pascua, Ciclo C

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 3º de Pascua, Ciclo C

"Una doble estrategia", por Juan Manuel de Prada

Monición de entrada. Domingo 3º de Pascua, CICLO C, Jn. 21, 1-19

"Aborto libre y progresismo", por Miguel Delibes

Hemos encontrado este escrito de Miguel Delibes, recientemente fallecido, publicado en diciembre de 2007 y que, hoy por hoy, es más actual que nunca. Ojalá fuera leído con atención por muchos de los "nuevos progresistas".

"Al Papa le tengo ganas", por Carlos Jariod

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 2º de Pascua, Ciclo C

Monición de entrada. Domingo 2º de Pascua de Resurrección, CICLO C, Jn. 20, 19-31


Una carta de amor del Padre para tí

Diálogos desde el Evangelio. Domingo Iº de Pascua, ciclo C

Monición de entrada. Domingo de Resurrección, Ciclo C, Jn. 20, 1-9

El primer día de la semana, María Magdalena, fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos donde lo han puesto”. Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y asomándose vio las vendas en el suelo: pero no entró. Llego también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con el que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, vio y creyó. Pues hasta entonces NO habían entendido la Escritura: que el había de resucitar de entre los muertos

Ecología esencial

A mi juicio, Gloria Fuertes es una gran desconocida para la mayoría. Más que un discurso sobre ella, sólo os recomiendo que la leáis, sin más. La recomiendo para toda la familia, desde los más pequeños (Versos fritos tiene ediciones que son una maravilla) hasta los abuelos. Y es, además, una mujer cristiana que en sus versos nos cuenta su lucha vital ante el misterio del mundo y ante su propio existir en él.
Hoy quiero dejaros aquí una belleza de poema de su libro Mujer de verso en pecho que he recordado en el último número de ID Y EVANGELIZAD.

El internet de la esperanza

Interesante noticia que podríamos subtitular "un Lolo de nuestro tiempo": puedes visualizarla desde aquí.

Carta del Papa y manipulación de TVE, Canal Sur, El País, etc., por Julio Segurado

Diálogos desde el Evangelio. Domingo de Ramos, ciclo C

Monición de entrada. Domingo de Ramos, CICLO C, Lc. 19, 28-40


En torno al tema de los abusos sexuales, "Pánico moral", por Rafael Navarro-Valls

Reflexión del Arzobispo de Tánger en torno al tema de los abusos sexuales

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 5º de Cuaresma, ciclo C

La celebración del Triduo Pascual, por Melitón Bruque García

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Monición de entrada. Domingo 5º de Cuaresma, CICLO C, Jn. 8, 1-11

Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a Él y, sentándose, les enseñaba. Los escribas y fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio y, colocándola en medio, le dijeron:”Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿Qué dices?”. Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Cómo insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: “El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra”. E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó sólo Jesús, con la mujer, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó: “Mujer, dónde están tus acusadores? ¿Ninguno te ha condenado?”. Ella contestó: “Ninguno Señor” Jesús dijo: “Tampoco yo te condeno. Anda y no peques más”.