Diálogos desde el Evangelio. Domingo 1º del T.O. Ciclo C

LUCAS 3,15-16.21-22


N: Jesús, mi Dios y mi amigo: Que te confundieron con Juan Bautista ¿verdad?

*Jesús: Pues sí. Mi primo Juan lo hizo tan bien, vivía y llevaba por den-tro tan intensamente lo que predicaba, que bastante gente del pueblo que esperaba impaciente la venida del Mesías prometido, llegó a creer que era Juan.

N: Pero Juan sí que lo tenía claro. Decía: “Viene el que puede más que yo y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias”. Hay que ver la reacción que tuvo cuando te vio en la cola de los penitentes para ser bautizado.

*Jesús: Yo me sonreía cuando, con una voz cada vez más fuerte, decía que era él quien tenía que ser bautizado por mí..

N: Y, por fin, te bautizó.

*Jesús: Sí, cuando le dije que era preciso cumplir la voluntad del Padre.

N: Yo, amigo Jesús, te quiero mostrar también mi extrañeza. Es verdad que la gente no te conocía, a excepción de tu pariente Juan, pero yo me admiro y me choca que te pusieras en la cola de los pecadores y que te sometieras al bautismo de Juan, siendo así que Tú nos traías otro bautismo: el del Espíritu Santo y el fuego.

*Jesús: Es natural que te extrañes, pero, al hacerme hombre, era preciso identificarme con los que estaban en la cola para ser bautizados; identificarme en todo (menos en el pecado). Yo no podía cumplir con la misión que el Padre me confió, ni desde el poder, ni desde el prestigio puramente humano, ni desde una oficina. Mi vida transcurrió entre la gente y así sigo. No estoy en el lejano cielo. Estoy con vosotros.

N: Esto me consuela y me da ánimos. Parece que resuenan en mi corazón las palabras del Padre diciéndote: “Tú eres mi Hijo amado; en Ti me complazco”. Es como si el Espíritu aleteara también en mi corazón, llenándome de la presencia divina.

*Jesús: No quiero cerrar este diálogo sin decir que yo encomendé a mis discípulos que se extendieran por todo el mundo y que bautizaran a todos. Así lo vienen haciendo, a lo largo de la historia, pero permíteme que te haga una confidencia, pues para eso están los amigos. Se bautiza mucha gente, muchos niños, pero no siempre son fieles al bautismo. Los padres se descuidan en la educación cristiana de sus hijos; no les hablan de Mí y por eso hay muchos bautizados que no me conocen y viven como los paganos.

N: Es cierto, amigo Jesús. Algún sacerdote me ha dicho alguna vez que se siente dolido por dentro cuando administra el sacramento del Bautismo, con la certeza moral de que no va a encontrar en la familia la ayuda ni el ambiente propicio para crecer en la fe.

*Jesús: Es verdad. Me lo cuentan en sus ratos de oración. Saben que yo estoy con ellos y les animo para que pongan lo que esté de su parte cuando se reúnen para tratar la pastoral del bautismo.