Diálogos desde el Evangelio. Domingo 4º de Pascua, Ciclo C

Lectura del santo evangelio según san JUAN 10,27-30
En aquel tiempo, dijo Jesús: Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre.
Yo y el Padre somos uno.
Palabra del Señor


DIALOGOS DESDE EL EVANGELIO

N: Mi BUEN PASTOR: me encanta llamarte así y más todavía cuando proclamamos solemnemente esta afirmación tuya: YO SOY EL BUEN PASTOR.
Es verdad que la figura del pastor con su rebaño va quedando recluida solo en determinadas zonas. Ha desaparecido de muchos pueblos aquella estampa mañanera, en que el pastor recorría las calles y las mujeres salían con sus cacharros a comprar la leche ordeñada delante de ellas.

+Jesús: Yo guardo el mismo recuerdo, pues las calles de Nazaret, cuando yo era pequeño, eran el marco de la misma escena. Pero, además, para nosotros la figura del pastor representó durante muchos siglos a los reyes de Israel e, incluso, a los jefes religiosos del templo de Jerusalén.

N: Amigo Jesús: si te llamas el BUEN PASTOR será porque había pastores malos.

+Jesús. Por desgracia así fue. Hubo reyes a quienes no les interesaba el pueblo, sino que se aprovechaban de él; lo explotaban, lo oprimían y hasta lo abandonaban. Se enriquecían a costa del pueblo, en vez de ocuparse del bienestar de todos.

N: Ahora entiendo, Maestro. Tú eres el BUEN PASTOR. Eres la expresión del corazón del Padre. Tú no eres un asalariado a quien no le importan las ovejas. Nos conoces por nuestro nombre, nos das vida, NOS DAS TU MISMA VIDA, nos quieres, nos cuidas y nos buscas si nos perdemos…y además nosotros conocemos tu voz y te seguimos (aunque, -todo hay que decirlo,-a veces nos perdemos porque elegimos nuestros propios caminos).

+Jesús: Querido amigo: me alegro cuando con estas cosas que me dices, a pesar de que, al menos de forma ambiental, se está dando una especie de arrinconamiento de todo lo que se llama “religioso”. No solo se ha perdido en nuestro pueblos la bonita estampa de los pastores con sus rebaños, sino que se va eclipsando también mi existencia, como BUEN PASTOR.. A pesar de todo “nadie arrebatará de la mano a mis ovejas”

N: Esto, buen Jesús, me llena de alegría y me recuerda que no formamos contigo un rebaño cerrado, intimista, enquistado en lugares seguros. Tenemos, con nuestro testimonio, que secundar tu deseos de atraer a todos los que aún no te conocen y formar con ellos un solo rebaños bajo UN SOLO PASTOR.