Monición de entrada. Domingo 13º del t.o., Ciclo C

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante. De camino entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: “Señor, ¿Quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?”. El se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea. Mientras iban de camino, le dijo uno: “Te seguiré a donde vayas”, Jesús le respondió: “Las zorras tienen madriguera y los pájaros, nido, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza”. A otro le dijo: “Sígueme”. Él respondió: “Déjame primero enterrar a mi padre”. Le contestó: “Deja que los muertos entierren a sus muertos, tú vete a anunciar el Reino de Dios”. Otro le dijo: “Te seguiré, Señor, pero déjame primero despedirme de mi familia”. Jesús le contestó: “El que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el Reino de Dios



DIÁLOGO

Lucía.- Otro domingo volvemos a encontrarnos para celebrar que somos amigos, y escuchar y vivir el Mensaje de Jesús. Hoy nos cuenta el evangelio que Jesús pasaba por Samaria y pidió alojamiento en una aldea, y no quisieron darle alojamiento.

Jorge.- Samaria es una región que está entre Galilea y Judea, y como iba a Jerusalén y los samaritanos se llevan muy mal con los judíos, no quisieron alojarlo. Santiago y Juan se enfadaron y pidieron a Jesús que hiciera bajar fuego del cielo contra los aldeanos. Se encendieron en odio.

Natalia.- Pero Jesús les enseñó que la libertad no se puede ensuciar con el odio; el amar no se puede imponer, se debe de transmitir con tu ejemplo de vida.

Pablo.- Mi abuelita siempre me recuerda que la Madre Teresa de Calcuta decía: “Un día me paré cinco minutos a escuchar a un político, y en ese tiempo se me murió un anciano”.

Lucía.- Si alguien habla mal de la Iglesia, enséñales tus manos cansadas, recuérdale los millones de vidas salvadas en todo el mundo, las personas atendidas en Cáritas y Manos Unidas… “Ellos se esconderán detrás de sus escusas y sus mentiras”.

Jorge.- Camino de otra aldea, dijo otro discípulo a Jesús: “Te seguiré a donde vayas”. Jesús le respondió: “Las zorras tienen madriguera y los pájaros nido, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza”.

Natalia.- Jesús, no dejaré que te sientas solo. Te ofrezco mi corazón para que reclines tu cabeza, te ofrezco mi persona entera para ayudarte a sembrar la paz. Guíame cada día por tu sendero.

Pablo.- Jesús le dijo a otro apóstol: “Sígueme”. Y empezaron a ponerle excusas: querían consultarlo con su familia antes de irse con Jesús. Fue una prueba dura. ¡Dejar lo más importante para una persona, su familia!

Lucía.- Jesús les invitó a vivir en comunidad. Los apóstoles vivían en torno a Jesús, comían juntos, dormían juntos. Nada los debía distraer. Estar unidos los hacía fuertes: ¡eran UNO con Jesús y con su Mensaje!

Jorge.- Jesús no les enseña una teoría bonita a los apóstoles, les muestra un estilo de vida, una forma de vivir. El sentirnos atados a las riquezas no entra en sus planes. Tampoco entra en sus planes el callarnos las injusticias que nos rodean.

Natalia. ¡Amar es una decisión valiente, y a veces arriesgada! ¿Quieres unirte a nuestra parroquia? ¡Sólo tienes que dejar las cosas que te atan tu libertad, las cosas que te oprimen el corazón!

Pablo.- Tu generosidad es un SÍ a Jesús. Llena cada segundo de tu vida de su mensaje, y de ti rebosarán las mayores obras de amor. Jesús te dice “Sígueme…”