Monición de entrada. Domingo 4º del T.O., Ciclo “A”, LAS BIENAVENTURANZAS

Al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y el se puso a hablar, enseñándoles: “Dichosos lo pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielo. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzaran misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los hijos los hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. (Mt. 5, 1-12a)

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 4º t. o. A

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 3º t. o. A

Monición de entrada. Domingo 3º del T.O., Ciclo “A”, JESÚS LLAMA A CUATRO PESCADORES Y COMIENZA A PREDICAR

Al enterarse Jesús que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaúm, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el Profeta Isaías: “País de Zabulón y Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. Entonces empezó Jesús a predicar diciendo: “Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos”. Paseando junto al lago de galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: “Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres”. Inmediatamente dejaron las redes y le siguieron. Y pasando delante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo del Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron. Recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas y proclamando en Evangelio del reino, curando enfermedades y dolencias del pueblo.

Diálogos desde el Evangelio, domingo 2º del t.o., ciclo A

Lectura del santo evangelio según S. Juan 1,29 34
En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: "Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel."
Y Juan dio testimonio diciendo: "He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo." Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios."


DIÁLOGO

N: Mi querido amigo Jesús: he leído el Evangelios y te digo la verdad. No he entendido mucho eso de que te llame Juan bautista “el cordero de Dios”.

+Jesús: Verás cómo sí sabes el significado de esa presentación que hizo de mí Juan el Bautista. Tanto el Bautista como mi discípulo más joven, Juan, autor del 4º Evangelio, conocían muy bien y recordaban siempre emocionados, la importancia que tuvo comer el cordero sacrificado en la noche de la liberación de Egipto.

N: Ya recuerdo. Salía en la película “Los diez mandamientos” y alguna vez lo he leído en la Biblia, en el libro del Éxodo.

+Jesús: Fue en la primera Pascua; la Pascua de la Antigua Alianza. Los que señalaron las jambas de las puertas con la sangre del cordero y comieron su carne, se salvaron de la esclavitud y de la muerte y a continuación empezaron el, no siempre fácil, camino de la libertad.

N: ¿Y qué es la pascua? 

+Jesús: Como no tenemos mucho tiempo, te lo voy a explicar esquemáticamente. La palabra “Pascua” significa “paso”. Para nosotros, los creyentes, la PASCUA ES EL PASO:
  • De la muerte a la vida
  • Del pecado a la gracia
  • De la esclavitud a la libertad

N. Ya sé, querido Maestro. Tú eres el Cordero de Dios porque, con tu muerte y tu resurrección, has realizado todo eso en nosotros. Sacrificado como el Cordero Pascual de la Nueva Alianza, has logrado nuestra Salvación radical, (desde la raíz), hasta hacernos “hijos adoptivos de Dios”.

+Jesús: Muy bien, mi querido amigo, veo que has entendido ya este evangelio.

N: Tengo una pregunta más: que eres el “Hijo de Dios” nunca lo he puesto en duda. Mi pregunta es eso de “quitar el pecado del mundo”.

+Jesús: Sí, Nadie niega la existencia del mal en el mundo. Aparte del mal que podemos hacer individualmente a otros, existe lo que se llama el pecado social.

N: Maestro amigo: ¿y qué es el pecado social? 

+Jesús: Es el que produce males colectivos y es consecuencia de una sociedad injustamente montada, egoísta, rica y que está gozando con los bienes que roba a los desheredados. Piensa en el mundo del hambre; la cantidad de niños que mueren porque carecen de lo estrictamente necesario para vivir. Piensa en los niños de la calle; en los que son utilizados para la guerra. Piensa en el número creciente de parados, por causa de la crisis. Piensa en el caso de Haití, que, según informan los medios de comunicación social, se encentra en una situación mucho peor que cuando tuvo lugar la desgracia.

N: Es verdad, amigo Jesús. Mientras hablabas, me has hecho pensar en todo lo que montamos con motivo de las fiestas de Navidad. La facilidad con que los medios de propaganda nos llevan a gastar más de la cuenta, sin acordarnos de los que, a lo largo de su vida, están siendo víctimas de los que estamos en el Norte, en la sociedad de la abundancia.

+Jesús: También hay otros que los tenemos más cerca y se pasa de ellos.

Monición de entrada. Domingo 2º del T.O., Ciclo “A”, JESÚS Y LOS DISCÍPULOS DE JUAN

Al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: “Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: tras de mí, viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo. Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel”. Y Juan dio testimonio diciendo: “He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma y se posó sobre Él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel sobre el que veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo”. Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios”. (Jn. 1, 29-34)

Monición de entrada. LA ADORACIÓN DE LOS MAGOS. EPIFANIA DEL SEÑOR TIEMPO DE NAVIDAD Ciclo “A”


Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir una estrella y venimos a adorarlo”. Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó donde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judea, porque así lo escribió el profeta: “Y tú, Belén, tierra de Judea, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judea; pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel””.
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén diciéndoles: “Id y averiguar cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo”. Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino. (Mt. 2, 1-12)

Monición de entrada. BAUTISMO DE JESÚS TIEMPO DE NAVIDAD Ciclo “A”


Fue Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo Bautizara. Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole: “Soy yo el que necesita que tú me bautices. ¿Y tú acudes a mí?”. Jesús le contestó: “Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere”. Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz del cielo que decía: “Este es mi Hijo, el amado, el predilecto” (Mt. 3, 13-17)

Diálogos desde el Evangelio. Bautismo del Señor

La Navidad aplicada a la realidad actual

Sebastián y Encarna nos mandan esta carta que les ha llegado y que aparece en Ecclesalia.net. El autor es Pepe Laguna y nos ha parecido especialmente oportuna.

Ya es Navidad en la isla de Alborán. No han sido los ángeles quienes me han dado la buena noticia, lo he leído esta mañana en las ediciones digitales de todos los periódicos: ayer domingo, una María negra dio a luz una preciosa niña en la embarcación con la que cruzaba “ilegalmente” el Estrecho.

Monición de entrada. SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS. TIEMPO DE NAVIDAD, Ciclo “A”

Los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decía los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho. Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción. (Lc. 2, 16-24)