Monición de entrada. ÚLTIMO DOMINGO DEL AÑO LITÚRGICO, ciclo A, "CRISTO ES REY DEL UNIVERSO"

Dijo Jesús a sus discípulos: “Cuando venga en su gloria el Hijo del Hombre y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Venid vosotros benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, en la cárcel y vinisteis a verme”. Entonces los justos le contestarán: “Señor, ¿Cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿Cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”. Y el rey les dirá: “Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis”. Y entonces dirá a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos; id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”. Entonces también éstos contestarán: “Señor, ¿Cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermos o en la cárcel y no te asistimos?”. Y Él replicará: “Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo”. Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna”. (Mt. 25, 14-30)


DIÁLOGO
María.- En el último domingo del año litúrgico celebramos que Cristo-Jesús es el Rey del Universo, rey de la naturaleza, rey de todas las personas del mundo.

Lucía.- ¡Fíjate bien! Nadie se puede apoderar de su Palabra: por eso debemos de transmitir y enseñar su mensaje de amor, allá donde vayamos.

Carlos.- Piensa que, al final de los tiempos, cuando estemos frente a Dios, a cada uno de nosotros nos preguntará “cuánto lo hemos querido”.

Jorge.- ¡Yo siempre vengo a la catequesis, y los domingos a misa! ¡Y también rezo de vez en cuando!

María.- ¡Pues yo quiero mucho a Jesús, y a la Virgen María! ¡Cada vez que puedo los visito, y les traigo flores!

Lucía.- ¡Sí! Vosotros vais por buen camino, pero: no se puede amar a Jesús, si no amamos al sediento, al hambriento, al enfermo, al que ha venido de otro país huyendo de la guerra o del hambre.

Carlos.- O dejando solo al que ha caído en la droga o en el alcohol. O a los que tiene problemas en su casa, a causa de la violencia, o por el paro.

Jorge.- O los que se aíslan de su familia, por estar enganchados al ordenador, sin darse cuenta del daño y el engaño en el que viven. O los que abandonan a los ancianos.

María.- Si no cambiamos nuestra vida cómoda, si vivimos en un mundo egoísta, si no defendemos la vida de los que sufren o de los que van a nacer, ¡entonces, no amamos a Dios!

Lucía.- ¿Qué Universo le estamos dejando a Dios? Él nos ha dado la vida, y todo lo que nos rodea. Pero: ¿cómo estamos cuidando su hermosa creación?

Carlos.- ¿Cómo tratamos a nuestra familia y a nuestros amigos? Y ahora, ¿podemos mirar la cara a nuestro Rey Jesús y decirle que le queremos?

Jorge.-La Caridad” es la mejor expresión del Amor de Dios y hacia Dios. ¡Arriésgate a no ser como la sociedad consumista y egoísta! Ofrece tu tiempo para conseguir un mundo mejor: ¡solidario con el débil, un mundo sin violencia, para nuestro Rey Dios!