Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 14

EL ÁRBOL DE LA VIDA Y EL DEL BIEN Y DEL MAL

P: Hoy vamos a tratar de conocer los dos árboles que se encuentran en el centro del paraíso, sobre los que tanto se ha escrito. La verdad es que yo nunca he llegado a conocer su significado.

R.: Veamos primero cómo se expresa la Biblia: “en medio del huerto, hizo brotar el árbol de la vida y el árbol del conocimiento (de la ciencia) del bien y del mal. «Y mandó Yahve Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás» (Génesis 2:16,17).



P: Por favor: dime algo sobre estos dos árboles.

R.: (a) El árbol de la vida (Gen 2, 9; 3, 22.24). Vivir para siempre y ser felices para siempre es el deseo que todo ser humano lleva inscrito en su corazón.
Todos deseamos la inmortalidad.

P: Es lógico que el texto bíblico ponga éste árbol de la Vida, símbolo de la inmortalidad, en el centro del paraíso. Pero permíteme otra pregunta: ¿Somos inmortales?

R.: Te diré que la resurrección de Cristo y la nuestra son el centro de nuestra fe. 1 Cor 15,13-14 "Si no hay resurrección de los muertos, tampoco Cristo resucitó; y si no resucitó Cristo, nuestra predicación es vana, y vana también vuestra fe." (1 Cor 15,20) "¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos como primicia de los que murieron." En esa misma línea se sitúa el Apocalipsis, cuando dice que los justos podrán alcanzar el Árbol de la vida, curarse con sus hojas, alimentarse con sus frutos en la nueva Jerusalén (cf. Ap 2, 7; 22, 2.14).

P: Procuraré leer despacio la 1ª carta de San Pablo a los corintios, pidiendo al Señor que me afiance en la fe en la resurrección, pero tengo curiosidad por conocer el segundo árbol.

R.: (b). El árbol del conocimiento del bien y del mal. (Gen 2, 9.17).
De manera sorprendente, este árbol está junto al árbol de la vida. De este árbol, dice el autor sagrado, no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás» Génesis 2:16,17).
(a) Es un árbol que nos permite distinguir entre lo bueno y lo malo, como dice la palabra clave de Dt 30, 15: «Pongo delante de ti bien y mal, vida y muerte... mira ya y escoge».
(b) Es un árbol que muestra a los hombres-mujeres el riesgo en que se encuentran de cerrarse en sí mismos, convirtiendo su vida en objeto de deseo violento y de muerte. Quien se quiere apoderar de los árboles para su propio y exclusivo provecho destruye su vida.
(c) Pero este árbol puede y debe convertirse en principio amoroso de gracia, que nos lleva más allá de la pura ley, dominada por el bien y el mal, hacia el lugar donde ya no hay ley, sino sólo amor universal. «Comer» de ese árbol significa rechazar a Dios, queriendo ocupar su lugar, rechazando así la vida.

P: ¿Y qué hicieron Adán y Eva?

R.: Tenemos que dejarlo para otro día, pues aquí no tenemos espacio.