Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 61


No a la venganza 

Christian: (Cristiano o seguidor de Cristo): El día pasado, amigo Abraham, me decías que el amor a la familiia es más importante que todos los bienes de este mundo. He leído el capítulo 14 del Génesis (Gn. 14,10-16) y he visto cómo liberaste a tu sobrino Lot y le recuperaste todos sus bienes. 

Abraham: Es verdad, amigo Christian. Hubo un revuelo de reyes, cinco contra cuatro, que empezaron a querer apropiarse de aquellas tierras. Se juntaron en el valle del Sidím, cerca del mar de la sal. Los invasores se apoderaron del valle de Sodoma y Gomorra y de todos los bienes y así como de los víveres. 

Christian: He leído que el valle del Sidín estaba lleno de pozos de asfalto, y que al huir los reyes de Sodoma y Gomorra cayeron en ellos, mientras que los demás escaparon a las montañas. (Gn. 14,10). 

Abraham: Cierto. Un fugitivo me llevó la noticia hasta el encinar de Mambré donde yo estaba acampado, de que mi sobrino Lot había sido llevado cautivo y que le habían confiscado todos sus bienes. 

Christian: ¿Y qué hiciste? 

Abraham: Pues tuve que enfrentarme con aquellos reyezuelos, junté a mi gente y les atacamos de noche; los vencimos y los perseguimos hasta Jobá, al norte de Damasco. 

Christian: Total, que sin acordarte de lo que tu sobrino hizo al escoger las mejores tierras, sin tener en cuenta ni tus años ni lo que habías hecho por él, lo liberaste con toda su hacienda, las mujeres y la gente. 

Abraham: Hice lo que debía hacer. Sé que en el ambiente social hubiera aflorado la venganza, pero ese no es el estilo de Dios. 

La fe nos lleva por los caminos del perdón, de la reconciliación y de la fraternidad. Es curioso que la Biblia nos llama a Lot y a mí “hermanos”. Christian: Otro gallo nos cantaría, querido Abraham, si todos nos consideráramos y nos tratáramos como hermanos, pues TODOS somos hijos del mismo Padre. No hay mejor solución para vencer los problemas de convivencia que EL AMOR. El amor del que nos dice San Pablo, que “es paciente, es servicial; y no tiene envidia, no presume ni se engríe,…no busca su propio interés, , no tienen en cuenta el mal recibido…, “(1ª Cor. 13).